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viernes, 15 de febrero de 2013

Estudio del Tania

Compilada de libros sacros y de maestro de santidad celestial, cuyas almas están en el Edén; basado en el primer párrafo de la Lectura del Shemá”. ““Educa al niño según su camino; aun cuando envejezca, él no se apartará de éste”” Puesto que está escrito ”según su camino”, ello implica que no es el camino de la verdad perfecta [sino apenas un camino que el niño ha de seguir]; pues entonces, ¿cuál es el mérito de que aún cuando envejezca, él no se apartará de éste?
Siempre los discursos jasídicos comienzan con un parsuk, con una frase o verso de la Torá, y enseguida el Rebe que lo explica muestra que en realidad si lo leemos de forma textual, vamos a ver una contradicción. Porque en forma literal, este versículo dice educa al niño según su camino ¿el camino de quién? ¿Del niño? Hay un camino que cada niño tiene, que es la forma en que nosotros podemos llegar a él para enseñarle como debe comportarse y como debe dirigirse en todos los aspectos de su vida. Hay cosas que el niño va incorporando hasta los 5 ó 6 años de edad que él no puede elaborar, que van ingresando en su subconsciente, y sin que él se dé cuenta lo vamos formando, y después cuando pasan los años, cada uno actúa de determinada manera, sin saber en realidad por qué.
La gente dice: “Yo soy así” y piensan que fue creado como con un molde, que ya tiene estructurado su forma de comportamiento, tiene estructurados sus sentimientos, su forma de pensar y el que quiera recibirlo de esa manera que lo reciba y el que no que lo deje. En general esa es la forma de actuar, cuando uno recibe un reproche o recibe una crítica de las personas e incluso de las personas que lo quieren, enseguida se defiende y trata de justificar su posición; porque siempre es más fácil seguir en la forma en que uno es, que cambiar o tratar de tomar consciencia de lo que uno es y cómo actúa, y definir cuáles son los aspectos que uno tiene que arreglar y cuáles tienen que seguir tal y como son.
Cuando uno habla de la educación en general de un niño, no está simplemente hablando de los textos, ni de la información que uno debe de poner en su mente, sino que habla en general cuál es el ejemplo que uno le tiene que dar, cuales son las cosas que tiene que brindarle como pertrechos para ir en su camino -en el camino de su vida- para que en el momento que él se tenga que emancipar e ir solo por el camino, formar su propia familia, decidir cuál es su trabajo, cual es su vocación, todas las cosas que respectan a la vida de cada uno, sepa cómo conducirse y tenga una forma correcta y bases y principios sobre los cuales basarse. La mayoría de nosotros no lo tuvimos, o si lo tuvimos no nos pudimos concienciar en determinado momento, y entonces tenemos que hacerlo ahora.
Cuando uno habla de la educación del niño, también se está refiriendo a la educación del adulto que todavía no ha tomado conciencia de quien es en realidad. Una persona que a pesar de tener 40, 50 o incluso 80 años, aparentemente es una persona formada que no tiene mucho que aprender; sin embargo es considerado un niño en el caso de que no sea consciente de qué es lo que tiene en su interior. Es importante el trabajo del educador hacia los padres o todos aquéllos que están en contacto con el niño, para que el reciba ejemplos y formaciones de los cuales pueda aprender y hacerlos suyos.
El Rebbe aquí nos quiere explicar que en realidad hay una contradicción. Si nosotros queremos educar al niño, significa que queremos modelarlo de tal manera que cambie su comportamiento infantil, pero de tal manera que sea de acuerdo a su camino, de acuerdo a su estilo, de acuerdo a su forma de ser.
 
 
 

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