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sábado, 28 de julio de 2012

11 de Septiembre - Las Torres Gemelas

por el Rabino Itzjak Ginsburgh

Q: El mundo sigue profundamente consternado frente al horrendo ataque terrorista a los Estados Unidos y aunque continúan pasando los días, estos actos monstruosos siguen pareciendo incomprensibles. Naturalmente, los distintos expertos y agencias están planeando afanosamente estrategias para prevenir actos de terror adicionales, los medios de comunicación mundiales están saturados con palabras de guerra y el ritmo frenético de marchas y contramarchas pueden cegarnos a los profundos mensajes inherentes en estas tragedias. Sin embargo, la Torá nos enseña que una persona no mueve ni siquiera un dedo en este mundo a menos que haya sido decretado en los Cielos. Por cierto que semejantes ataques de terror encierran un profundo y urgente mensaje de Di-s para cada uno de los seres humanos.
Básicamente, es obvio que se debe hacer un esfuerzo mundial para eliminar el terror. Por todo un año, los Estados Unidos presenciaron las atrocidades terroristas cometidas en Israel, y constantemente le ataron las manos para evitar que sus Fuerzas de Defensa erradiquen el terror de dentro del pais, pero ahora el terror ha llegado al propio jardin de América: El mundo debe despertarse al peligro de la teología extremista del Islam.
Obviamente, estos eventos son parte de los dolores de parto de la llegada del Mashíaj. El Rebe de Lubavitch llamó a los Estados Unidos de América “un país de jesed, bondadoso”. Sin embargo le falta algo escencial: la capacidad de distinguir entre la verdad y la mentira.
Por cierto que la guerra entre el terror islámico y el mundo occidental es de caracter religioso. Sabemos que los terroristas están motivados por un fanatismo religioso y por su lado la democracia está basada en la igualdad y la tolerancia hacia todas las razas y religiones. Por lo tanto el mundo debe llevar a cabo ahora un proceso de esclarecimiento respecto de las distintas religiones, Di-s quiere que el mundo distinga entre los credos verdaderos y falsos, dentro de los distintos sistemas de creencia en El. El mundo debe investigar y llegar a la conclusión de que hay religiones basadas en la mentira. En verdad, tenemos que entender que las religiones no judías están basadas en alguna falcedad y pueden dar lugar a un fenómeno mundial muy negativo, como en nuestra epoca el problema con el mundo musulmán. Como parte de la llegada del Mashíaj, el mundo va a tener que reconocer que en definitiva hay una sola religión verdadera, no hay igualdad o democracia en las religiones.
A pesar de que el Islam, por ser monoteísta, puede aparecer cercano al judaísmo, y por lo tanto más cercano a la verdad que las otras religiones, este es un ejemplo de cómo “ze leumat ze asá haElokim”, “Uno frente a otro hizo Hashem” (Eclesiastes 7:14). Este concepto está muy bellamente ilustrado en el veredicto de la Torá de que si un criminal es colgado por un crimen, su cuerpo debe ser removido y enterrado el mismo día, porque “es una maldición de Di-s ser colgado”. (Deuteronomio 21:23). Rashi explica que “ser colgado es una maldición de Di-s” significa que para los judíos ser colgado es una profanación del nombre de Di-s, porque los seres humanos son creados a Su imagen, e Israel son los hijos de Di-s”.
Rashi explica esta idea con la parábola de “los hermanos gemelos”. Uno se convirtió en un importante ministro del rey, el otro en asesino y fue colgado. Los que veían al hombre colgado pensaban que era el ministro, lo que constituía una profanación o deshonra del nombre del hermano. Similarmente, cuando un judío es colgado es una mancha para el nombre de Di-s.
Este concepto también puede ser aplicado al Judaísmo vs. el Islam. Aunque el Islam parezca ser una religión monoteísta, y como tal “gemela” del Judaísmo (en oposición al cristianismo tradicional que cree en una trinidad), en realidad se ubican en polos opuestos.
El Cristianismo agrega otro texto a la verdad de la Biblia, llamado por ellos como el “Antiguo Testamento”, pero no niega la verdad y la autenticidad del texto de la Torá. Por el contrario, el credo del Islam está basado en un texto que pervierte completamente la Biblia auténtica. Maimónides dijo una vez: “uno puede hablar con un cristiano, pero con un musulmán, no hay de qué hablar”. Basado en la falcedad, el mundo musulmán es algo sin valor, su contrato no vale el papel sobre el que está escrito. Qué ingenuos son los líderes del mundo, incluyendo los del estado judío de Israel, que no reconocen este probado hecho histórico.
Es interesante notar que la parábola de Rashi gira alrededor de los gemelos (twins), siendo que el World Trade Center era conocido como “the Twin Towers”, las torres gemelas. La analogía de los gemelos alude al hecho de que hay dos entidades aparentemente idénticas, una buena y otra no. La entidad mala debe ser enterrada para no desecrar la imagen de la buena. Es significativo que en el versículo citado arriba, las letras finales de las seis palabras “tikberenu baiom hahu, ki kilelat Elokim” (sepultémoslo el mismo día, porque es un anatema para Di-s), forman la palabra teomim, “mellizos”.
Un Poco de Números
Ambas entidades atacadas estan representadas por números: las torres gemelas por el número 2, y el Pentágono por el número 5. La mayoría de los edificios no son llamados por números, por lo que es un fenómeno inusual. Por otro lado, “los mellizos” (géminis) es uno de los doce signos del zodíaco, correspondiente al mes de Sivan. Este es el mes en que fue entregada la Torá al pueblo de Israel en dos Tablas gemelas conteniendo cada una 5 mandamientos. Adicionalmente, el 5 alude a los 5 libros de la Torá. Por lo tanto, los números 2 y 5 se relacionan con la entrega de la Torá.
El mes de Sivan es el tercer mes del año. Los sabios explican que la Torá fue dada en este mes porque está compuesta de tres partes: la Torá, los Profetas y las Crónicas.
Hay 5 libros en la Torá, 8 en los Profetas y 11 en las Crónicas. Los numeros 5, 8 y 11 forman una serie linear. Así, la Biblia está dividida en 3 partes, y la diferencia entre la cantidad de libros de cada parte es 3. Si extrapolamos hacia atrás, el número anterior al 5 en esta serie es el 2, que alude al origen de la Torá, las dos Tablas. La serie es entonces 2 tablas, 5 libros de la Torá, 8 de los Profetas y 11 de las Crónicas. En su introducción a su código de la ley judía, Maimónides escribe que sólo es necesario estudiar los 24 libros de la Torá Escrita y luego su codificación, porque allí está sumarizada toda la Torá Oral. La codificación de Maimónides comprende 14 libros, que es el siguiente número de esta serie linear!! La suma de estos 5 números: 2, 5, 8, 11 y 14 es 40, que alude, entre otras muchas cosas a los 40 días que pasó Moisés en el monte Sinaí recibiendo la Torá. Estos 40 días se corresponden con las 40 generaciones desde Moisés (el primero en la cadena de transmisión de la Torá) hasta rav Ashi y Ravina, que completaron la tarea de compendiar la Torá Oral (en la forma del Talmud Babilónico) en la forma escrita.
Los Diez Mandamientos gravados en las 2 Tablas resumen el contenido de los 5 libros de la Torá. Los nombres de estos 5 libros son: Bereshit (6 letras en hebreo), Shemot (4 letras), Vaikra (5 letras), Bamidbar (5 letras) y Devarim (5 letras). En realidad, la forma en que está escrito Devarim en la Torá es HaDevarim, con lo que se agrega una letra adicional. Entonces, si sumamos el número de letras de estos 5 nombres obtenemos 25 o 26 letras. Si consideramos que el número es 25 (5 al cuadrado), el valor promedio de los 5 libros es 5. Si consideramos que es 26, este es el valor numérico del nombre de Di-s. Cada uno de estos números es muy significativo.
El valor numérico (guematria) de los nombres completos de los libros es: 913 (Bereshit), 746 (Shemot), 317 (Vaikra), 248 (Bamidbar) y 261 (HaDevarim), cuyo total es 2485. Si el quinto libro es escrito Devarim el valor es 2480, que es 10 veces el valor del cuarto libro, la guematria del nombre Abraham, el número de mandamientos positivos de la Torá, de los miembros del cuerpo y la guematria de la frase “be-Tzelem Elokim”, “a imagen de Di-s”.
El valor promedio de los nombres de 5 libros (2480 dividido 5) es 496, la guematria de maljut, “reinado” (la última de las diez sefirot, los diez canales a través de los cuales Di-s creó el mundo). 496 es un número triangular, la suma de los número desde 1 hasta 31, siendo este último el valor numérico del nombre de Di-s “E-l”, que en cabalá corresponde a jesed, bondad. Este nombre está asociado a Abraham, que representa jesed.
Si tomamos la suma de los 5 libros como 2485, observamos que es también un número triangular, la suma de todos los números desde 1 al 70. La torá tiene 70 “caras”, o formas de interpretación. 2485 dividido 5 es 497, que es el promedio de los nombres de los cinco libros de la Torá y el valor numérico de la palabra “teomim”, “gemelos”!!
En particular, el valor numérico de los nombres de los libros primero, tercero y quinto (principio, medio y final) Bereshit,, Vaikra y HaDevarim (913 más 317 más 261) es 1491, cuyo promedio es también 497, nuevamente el valor numérico de “gemelos”. Y por lo tanto el promedio de los dos libros restantes, Shemot y Bamidbar (746 y 248) es también 497! Los cinco libros “nacieron” de las Tablas gemelas.
Conclusión
Esto nos lleva a la conclusión de que todo en este mundo tiene su lado bueno y un lado complementario malo, un mellizo bueno y uno malo. En forma más general, hay un 2 bueno, las Tablas de la Ley, y un 2 malo. En forma similar hay un 5 bueno y uno malo.
El trasfondo de todo esto es que Di-s trata de enseñarnos que el mundo tiene que reconocer la verdad de la Torá, la diferencia entre el gemelo bueno y el malo, la verdadera religión y la falsa. Aún cuando hay algunos puntos incipientes de verdad en el Islam, todos sabemos que toda falcedad se origina en un punto de verdad. Hoy somo testigos de cómo el Islam se ha envuelto en el más negativo de los caminos.
En verdad, a través de la historia (en la época del oscurantismo, de la inquisición y en especial del holocausto), el mundo cristiano ha mostrado ser tan sanguinario como el musulmán. Maimónides escribe que como provienen del judaísmo, ambas religiones preparan de alguna manera al mundo para aceptar la verdad del Mashíaj, pero los puntos de verdad del judaísmo que hay en estas religiones se pervertieron tanto que inspiran a sus adherentes al fanatismo, a pelear y a matar a la verdad.
Por eso, aunque este ataque fue contra América, ciertamente también lo fue contra el pueblo judío (a menudo, el ignorante identifica el capitalismo con el judaísmo (o el “zionismo”). Con respecto a las torres gemelas fueron construidas por judíos, y cientos, si no miles, trabajaban en ellas.
Todo esto es parte de los dolores de parto del Mashíaj. El mundo tiene que despertarse, tiene que oír la voz de Di-s preguntando (como a Adam): “Aieka”, “¿Dónde estás?”
El mundo debe darse cuenta de que el Islam extremista está luchando en contra de la verdad.
Todo comenzó con el retorno del pueblo judío a su patria histórica; tanto conciente como inconcientemente el pueblo judío realizó un paso activo hacia su propia redención y la del mundo entero. (Si este paso fue deseado o no por Di-s fue un tema de disputa entre los grandes rebinos de las pasadas generaciones). Claramente, la soberanía del estado de Israel, situado justo en el medio del mundo árabe –irracionalmente arrogante en su reclamo de poseer todo el medio oriente- es un hueso travesado en su garganta.
Con respecto a la cultura occidental, los judíos han sido siempre acusados por los cristianos de monopolizar la economía mundial, quienes los consideran también una espina en su costado.
Hoy, creemos que el mundo está en el umbral de reconocer que la Torá es la única religión verdadera. La Torá es la manera de Di-s de traer la verdadera paz a la tierra para toda la humanidad. Al fin de cuentas El creó este mundo para que sea perfecto; luchar contra la Torá es pelear contra el propósito de la creación, que es traer la paz a la tierra.
La democracia es totalmente incapaz de enfrentarse a la religión, su aproximación es separar totalmente la iglesia del estado. (Durante la última década los Estados Unidos presenciaron una guerra cultural entre evolucionistas y creacionistas. La ciencia lucha contra una religión bajo la forma de fundamentalismo cristiano, pero como generalmente los creacionistas presentan su caso muy superficialmente, es fácil para los científicos rebatir sus argumentos y esto es porque aunque aquellos predican que Di-s creó el mundo, son incapaces de afrontar honestamente los hechos científicos porque les falta profundizar en la verdad de la Torá).
Diciendo que todos tienen los mismos derechos la democracia encubre las diferencias y causa confusión. En Israel, tenemos una oportunidad de mostrar al mundo cómo vivir según la verdad de la Torá. El problema siempre empieza por nosotros.
La propia palabra “democracia” no tiene un significado claro, cada uno la adopta para su propósito particular, y por cierto uno de las organizaciones terroristas es llamada “Frente Democrático”.
En su momento, la democracia ayudó al mundo a salir adelante de los males de la monarquía, pero ahora es el momento dar el próximo paso hacia el Mashíaj, pero la democracia es incapaz de ayudar al mundo a dar ese paso.
Todas las señales que han dado nuestros sabios concernientes a la llegada del Mashiaj ya se han cumplido. Vemos que en muchos aspectos el mundo se ha vuelto mejor (la caída del comunismo, etc.).
También se ha vuelto claro, incluso para aquellos que creen firmemente que el retorno de los judíos a Israel anuncia la llegada del Mashíaj, que el zionismo secular y el así llamado “post-zionismo” no nos permite progresar. En las pasadas generaciones, hubo por cierto grandes rabinos que trataron de juzgar favorablemente a los judíos no religiosos y darles crédito por su rol en crear el estado. Pero ahora, es el estado de Israel –con sus líderes no compormetidos en concretar los ideales de la Torá en nuestra generación- que está realmente impidiendo que el pueblo judío progrese.
Entonces ahora la pregunta es: ¿qué hacer?
Es claro que los judíos y todos los pueblos sobre la tierra tienen que abrir sus ojos a la verdad Divina, oculta hasta ahora para la humanidad, para provocar un cambio revolucionario para el bien en nuestro mundo.



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