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viernes, 29 de junio de 2012

parte 2 - Generaciones Tras Generación Vienen Nuevos Tamuces

Las idolatrías de Tamuz desaparecieron del mundo, pero su eco sigue resonando en los pasillos de la historia. Después de las tragedias griegas, la primera reencarnación evidente de Tamuz es por supuesto el cristianismo. El mito cristiano tiene fuertes similitudes con el culto de Tamuz: en el centro se encuentra “el mesías” muerto, que es condenado, ejecutado, muere extrañamente y resucita. Se presenta en general como llorando, y se les exige a sus seguidores que experimenten junto a él sus sufrimientos y su muerte (a tal punto de representar una identificación física en la ceremonia de la misa católica).
Hay otras encarnaciones de Tamuz, pero vivitas y coleando en nuestras generaciones, en la sociedad secular moderna. En primer lugar existe un nuevo resurgimiento de la tragedia desde el comienzo de la era moderna, en la generación de Shakespeare. Pero más allá de eso, toda la cultura moderna actual se caracteriza por presentar a la realidad como trágica y absurda. De hecho, parece que en muchos círculos intelectuales, se estableció hace tiempo la premisa de que la creación artística, para ser considerada sofisticada y de nivel tiene que ser de alguna manera trágica, o por lo menos mostrar la vida como una crisis y que al fin de cuentas carece de sentido. Esta concepción está tan asentada que cuando alguien elige expresar un sentimiento optimista en su obra, o la confianza en un “final feliz”, inmediatamente aparece como una especie de capitulación o escapismo hacia un arte “inferior”.
La cultura popular tiende a ser más simpática y alegre, pero paradójicamente justamente en ella se revela aun más nuestro viejo Tamuz. Queremos decir que el culto a la personalidad se elabora alrededor de "ídolos adolescentes", sobre todo después de sus muertes. La imagen de estrellas como Elvis Presley, James Dean, Jim Morrison, Kurt Cobain y muchos otros, juegan el rol de las nuevas versiones de la imagen de Tamuz, y las lágrimas derramadas por los millones que van a sus mausoleos, son las lágrimas que cayeron a los pies del antiguo ídolo (y, por supuesto, ahora como entonces el público principal al que va dirigido son niñas jóvenes, a quienes el sufrimiento del ídolo les llega al corazón más que a nadie)
Un ídolo como este que se unió recientemente a la lista es Michael Jackson. La puesta en escena oficial siguió la más perfecta tradición del ídolo de Tamuz, llevando a sus fans a derramar torrentes de lágrimas. En el caso de Jackson, la similitud entre la variedad de cirugías y transformaciones artificiales y las lágrimas artificiales de Tamuz es realmente espeluznante, y eso lo hace al "Rey del Pop" el principal candidato a Tamuz de nuestra generación. (Hasta murió en el mes de Tamuz!) En cada país se pueden identificar los propios tamuces locales.
Si piensas que el cristianismo, el arte moderno o la admiración de las estrellas no tiene que ver contigo, presta atención porque la idolatría de Tamuz también puede introducirse en el interior de nuestras almas. En efecto, los individualistas que hay nosotros, los que menos ceden a la tentación de inclinarse frente a objetos de deseo superficiales, tienden más que los demás a crear una autoimagen trágica e inconscientemente empiezan a adorarla. Cuando una persona se convence de que su vida es trágica, se hunde en la autocompasión y espera la misericordia de los demás - en realidad esculpe dentro de sí la imagen de Tamuz, crea sus propias lágrimas, y se hace esclavo de la idolatría hacia sí mismo.

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