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domingo, 26 de diciembre de 2010

La Tercera Etapa


A continuación del Arí, hubo otra personalidad que salió a escena, inspirando un cambio cualitativo en la evolución del pensamiento cabalístico, rabi Israel, el Baal Shem Tov (el dueño del buen nombre). Nacido en 1698 en la Ucrania occidental, dedicó la primera mitad de su vida a viajar, errando por entre los pueblos de los oprimidos judíos de su región, ocupándose humildemente de sus necesidades. Al mismo tiempo, fue un miembro activo de los nistarim, una fraternidad secreta de místicos que sondearon en los misterios de la cabalá. En el año 1734, se reveló como cabalista y curador, y procedió a fundar un movimiento popular que vino a revigorizar la vida espiritual de los judíos del este europeo. Este movimiento, que luego fue conocido como el Jasidismo, estaba basado firmemente en los fundamentos doctrinales de la cabalá clásica; no obstante, enfatizando exteriormente el servicio a Di-s con simpleza y alegría, particularmente a través de la plegaria y actos de bondad, por sobre la disciplina intelectual de los estudios cabalísticos. Los discípulos del Baal Shem Tov, particularmente rabi Schneur Zalman de Liadi (1745-1812), fueron quienes revelaron principalmente, por medio de la elaboración escrita de las enseñanzas de su maestro, profundos conocimientos del pensamiento cabalístico. En estos trabajos, que componen los fundamentos del pensamiento jasídico y su filosofía, se reelaboraron las abstractas y a veces impenetrables formulaciones de la cabalá clásica, en términos psicológicos de la experiencia humana común. Empleando la estructura del alma, como un modelo alegórico para entender los profundos misterios del universo, el jasidismo pudo elevar la conciencia del judío común, y por otro lado, expandir el territorio conceptual de la reflección cabalística.
Al incluir al Baal Shem Tov entre aquellos que aportaron a la evolución del pensamiento cabalístico, rabi Isaac corrigió el concepto erróneo de considerar al jasidismo como un movimiento fuera de la principal corriente formal de la cabalá. De hecho, de acuerdo con rabí Isaac, el Baal Shem Tov no sólo influenció el pensamiento cabalístico, sino que también lo llevó a su suprema expresión histórica, tanto en términos de su enfoque conceptual, como en su grado de influencia sobre las vidas del pueblo judío.
Como fue dicho, si la cabalá es el alma de la Torá, entonces el jasidismo es su "alma dentro de un alma". La identificación por parte de rabí Isaac de tres etapas en la evolución del pensamiento cabalístico, implica un necesario proceso secuencial, en la exposición de la conciencia humana a los secretos de la Creación. Sin antes comprender la naturaleza de los sistemas cabalísticos del Ramak y el Arí, es imposible apreciar el cambio revolucionario introducido por el Baal Shem Tov.


Centro de difusión de Cabalá y Jasidismo del Rabino Itzjak Guinsburgh Shlita

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